En un mundo que evoluciona rápidamente y en el cual las consecuencias de nuestras acciones van mucho más allá de lo que nos rodea, la importancia de la sustentabilidad se ha vuelto más crítica que nunca.
A medida que lidiamos con el cambio climático, el agotamiento de los recursos y la desigualdad social, el concepto del desarrollo sustentable se ha convertido en un faro que debe guiarnos hacia un futuro más brillante y resistente. Este concepto trasciende fronteras, industrias y numerosas generaciones, pues nos hace pensar en nuestras decisiones, replantear los sistemas que existen hasta ahora y comenzar a construir un mundo que nos permita prosperar en armonía con la naturaleza.
El desarrollo sustentable no es un tema de moda que podamos esperar a que simplemente pase. Este es el resultado de una petición a la que todas las naciones están llamadas a responder. Este modelo de desarrollo mundial busca la conservación del medio ambiente, económico y social, ya que sin la preservación del planeta, no hay prosperidad como sociedad.
En este artículo profundizamos en la importancia de la sostenibilidad en nuestro mundo y exploramos por qué debería tomar espacio como prioridad en nuestra conciencia colectiva.
En 1987, la Comisión Mundial del Medio Ambiente y del Desarrollo de las Naciones Unidas (CMMAD) definió este concepto como “el desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades”. Hace más de 30 años, la Dra. Gro Harlem Brundtland presentó un informe ante la ONU llamado “Nuestro Futuro Común”, en donde se buscaba difundir la importancia de la sustentabilidad.
Y es que a lo largo de la historia del mundo, los humanos le hemos dado un uso un tanto desmedido a los recursos naturales que nos ofrece nuestro planeta; todo esto se puede rastrear hasta la Revolución Industrial en el siglo XVIII.
El blog Desarrollo Sustentable escrito por el economista e investigador de la Universidad de Antioquía, Juan David Montoya, relata que en la revolución industrial se incrementó masivamente el consumo de los recursos naturales hasta el punto en que comenzó a causar crisis continentales. Tomemos de ejemplo a Europa, donde el consumo de madera para combustible y construcción creó una escasez sin precedentes. Como era de esperarse, este abuso de la materia prima amenazó con la economía y supervivencia de muchas personas.
Sin embargo no todo fue tragedia, ya que estas crisis ambientales provocaron el cambio de pensamiento de muchas personas. Gracias a este gran problema, la gente comenzó a preocuparse por el uso responsable de los recursos no solo por su bien, sino también por el de las futuras generaciones.
De hecho, nos cuenta Montoya que en el siglo XVIII en Alemania se usaba el término “sustentabilidad” entre los leñadores. Ellos sugerían el uso sustentable de los recursos forestales, lo cual implicaba mantener un balance entre la tala de árboles y el cuidado de los nuevos árboles que los reemplazarían.
En fin, esta agria experiencia nos dejó los primeros pasos de un término que nos ayudaría a desarrollar nuestras metas en el futuro y a poner como prioridad al planeta y sus recursos.
La Organización de las Naciones Unidas ha jugado un papel muy importante en la divulgación del concepto de sustentabilidad. Desde hace años se han dado la tarea de desarrollar puntualmente lo que cada nación debe hacer para lograr el bienestar común de nuestro planeta y sus habitantes.
Es por eso que la ONU habla de los tres pilares del desarrollo sustentable, los cuales también se conocen como las tres dimensiones de la sostenibilidad: la sustentabilidad social, económica y ambiental. Es importante mencionar que todos estos pilares están conectados entre sí y que deben abordarse de manera simultánea para lograr el verdadero desarrollo sustentable.
Si bien es cierto que de estos tres conceptos se desprenden una serie de objetivos, –17 para ser exactos– centrémonos en los tres pilares principales del desarrollo sustentable.
Busca mejorar el bienestar y la calidad de vida de todos los individuos de una sociedad. Se trata de promover la equidad social, la justicia, la inclusión y los derechos humanos. Algunos de los aspectos claves son la equidad de género, la erradicación de la pobreza y la educación.
Este concepto se enfoca en promover el crecimiento económico poniendo en el centro la estabilidad a largo plazo para evitar el agotamiento de los recursos naturales. Más allá del dinero, se centra en fomentar sistemas económicos que sean equitativos, incluyentes y ambientalmente responsables.
Este se centra en preservar y proteger el medio ambiente y sus recursos para las generaciones que viven en el ahora y que vivirán en el futuro. Algunos de sus objetivos son el conservar la biodiversidad, mitigar el cambio climático y promover la gestión sostenible de los recursos, el cual también incluye el propósito de reducir los gases del efecto invernadero, la transición a utilizar energías renovables y limpias y el adaptarnos como sociedad a los efectos del cambio climático.
El desarrollo sustentable es importante para el mundo, ya que ofrece un camino hacia un futuro más equitativo, resiliente y próspero. La sustentabilidad reconoce la interdependencia entre los humanos y el medio ambiente, además de la necesidad de equilibrar el crecimiento económico con el bienestar social.
Al adoptar prácticas sustentables, podemos crear un mundo donde las generaciones presentes y futuras puedan prosperar mientras preservamos el planeta para todas las formas de vida que lo habitan.
En LUXUN apostamos por la energía solar. Cuéntanos, ¿tú qué medidas estás adoptando para construir un futuro más sustentable?
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